Es un honor para mí compartir mis experiencias y rendir homenaje a quien fué Derek Prince, el más grande maestro espiritual de mi vida.
Tuve un encuentro en mi vida con el Señor Jesús como mi Salvador a la edad de tres años. El relato de mi viaje en Cristo está documentado en mi primer libro 'Ve y Haz Lo Mismo' publicado en 1990. Le siguió mi segundo libro 'Fruto que Permanece en la Vid', que se publicó en 1991. Para entonces, ya había conocido a Derek Prince y había aprendido mucho de él sobre los temas de sanidad y liberación, libertad de maldiciones, incluidas las maldiciones ancestrales, muchas de las cuales me afectaban.
De hecho, la segunda parte de 'Fruto que Permanece en la Vid' se centraba en este tema, gran parte del cual había aprendido de las enseñanzas de Derek Prince. Entonces estaba en mis últimos cuarenta años. Y me sentí realmente bendecido cuando el entonces Director de DPM me llamó por teléfono con un mensaje de Derek diciendo cuán animado estaba al leer mi libro.
Posteriormente, comencé a asistir a muchas de las conferencias de Amigos Cristianos de Israel en la Tierra Santa, donde un encuentro con Derek me animó a unirme a su Escuela Bíblica por correspondencia, pero en ese momento mi vida estaba llena de responsabilidades laborales, estudios en un colegio local y la redacción de mis propias columnas en revistas de salud y medio ambiente. Por lo tanto, dejé el curso por correspondencia.
Sin embargo, tomé todos los materiales de enseñanza que ofrecía Derek Prince en el curso bíblico y formé una biblioteca de préstamo. Unos años después, comencé a enseñar sobre liberación en la Clínica Cristiana donde trabajaba con un equipo increíble de hombres y mujeres de Cristo.
Enseñar en casa y por invitación de otros ministerios en el Reino Unido me llevó a viajes para ministrar en muchos países y no creo que haya habido una sola sesión de enseñanza sin mi referencia a mi maestro Derek Prince. Los países donde he ministrado incluyen Malasia, donde fui recibido por el fallecido Dr. Joy Seevaratnam GP y un ex-masón que también había aprendido mucho de Derek.
Recuerdo un incidente cuando enseñaba en una iglesia clandestina en Libia a mayormente hermanos de Ghana y Nigeria, que durante la enseñanza el Señor me dio una palabra para orar por Derek, quien tenía una necesidad seria. Así que, desde la plataforma de esta iglesia clandestina, pregunté a la congregación si alguien había oído hablar de Derek Prince y alrededor de 12 de los 60 reunidos dijeron que sí, incluido el Rev Dr. William Osageide quien me llevó a Libia en primer lugar.
Dejé de enseñar y les pedí a todos que se pusieran de pie y oraran en el Espíritu. Pero nunca supe cómo Derek se enteró de esto, pero me llamó cuando llegué a casa y me dijo que entendía que había hecho un llamado al altar por él en Libia, y me agradeció y dijo "sigue orando porque lo necesito".
Dondequiera que ministraba, en Malta, Israel, India, Dinamarca, etc., los libros de Derek siempre se anotaban, especialmente aquellos sobre el ayuno,el matrimonio y cómo Orar por el Gobierno. ¡Muy necesario ahora, por supuesto!
A los 85 años de edad, creo haber ministrado vidas de alrededor de 25,000 personas y en algunas ocasiones he visto crecer sus piernas, ¡un fenómeno disputado enseñado por Derek! Es justo decir que este tipo de ministerio necesita gran valentía y está bajo mucho ataque. Derek tuvo esta experiencia que a menudo compartía, bendito sea. ¡Se necesita valentía y temor del Señor, créanme!
Compartiendo las Enseñanzas Bíblicas de Derek con las Futuras Generaciones
Sé que la enseñanza de Derek me transformó por completo y ayudó a refinar mi fe y mi ministerio, un refinamiento que sin duda continuará hasta mi muerte. Por eso, quiero ver que esta bendición pase a otros incluyendo un donativo para Derek Prince Ministries en mi testamento. Lo he hecho porque deseo que los líderes cristianos, maestros bíblicos y creyentes del mañana experimenten las bendiciones que he recibido de las enseñanzas de Derek.
Una vez, en una reunión de Amigos Cristianos de Israel en Jerusalén, Derek me enseñó algo que nunca olvidaré. La sala estaba llena de personas esperando ansiosamente a que Derek hablara. Y, cuando se levantó, para nuestra sorpresa, nos dijo que todos los días entre las 2pm y las 4pm, se postraba ante el Señor y simplemente lo escuchaba. Hace unos días, mientras hacía precisamente eso, el Señor lo había convencido de muchos pecados no confesados. ¿Puedes imaginar el asombro que se escuchó en la audiencia?
Unos segundos después agregó: “y no les voy a decir cuáles eran. No soy un ladrón, un extorsionador, un adúltero ni nada de eso, pero estos pecados de los que el Señor me habló eran sobre muchas irritaciones, la impaciencia y actitudes que necesitaban corrección.” El Señor también le dijo que tenía la opción de confesarlos y arrepentirse de ellos ahora o que serían divulgados en los cielos más tarde.
Luego, dirigiéndose a nosotros, nos pidió tomar unos minutos ante el Señor para examinar sobre nosotros mismos. Nos invitó a ponernos de pie, cerrar los ojos y buscar al Señor, ¡y lo hicimos! Luego agregó: “Si sientes que el Señor te ha convencido de algún pecado, levanta la mano. Y si no la levantas, siento que debo echar fuera un espíritu de mentira.”
¡Por supuesto, todas nuestras manos se levantaron! Derek oró por nosotros y luego sugirió que todos volviéramos a nuestras habitaciones de hotel y buscáramos al Señor en alguna medida. Sé que tenía muchas actitudes que corregir y un profundo resentimiento de agravios de la infancia. Tratar con ellos realmente cambió mi vida. Esta fue una de las enseñanzas más preciosas que experimenté de Derek Prince.
Quizás puedas tomarte un tiempo en los próximos días para pensar en cómo las enseñanzas de Derek han cambiado tu vida y considerar incluir un donativo en tu testamento para este precioso ministerio.
En las palabras de Eclesiastés 11:1, te invito a ‘echar tu pan sobre las aguas’ de este ministerio que fluye continuamente y convertirte en un catalizador de bendiciones y enseñanzas para otros que desesperadamente necesitan entender y aplicar la Palabra de Dios en sus vidas.
Gracias y que Dios te bendiga.
